lunes, 14 de diciembre de 2009

The minute god of Watch

Salió temprano, aún contaba con unas cuatro horas de sol.
Se sentó al lado de los malabaristas, envió un mensaje preguntandole a la reina si estaba disponible y se sentó a leer pensando que el mensaje pod´ría ser contestado. Mientras leía, le ayudó a dos grupos de personas sus lugares de destino, de los que estaban muy cerca.

Leyó hasta terminar y guardó el libro en el bolsito destinado a los libros que estaba dentro del bolso grande, para evitar daños.
Estaba libre y el mensaje nunca fue respondido. "Caminaré. Muy lento. Sin dirección." se dijo. No estaba muy triste, aunque sabía que la tristeza llegaría en cuanto tuviera tiempo de pensar.

Así que caminó, lo más lento que podía. Edificios, que desde otros angulos se veían corrientes tenían un encanto refrescante: un pequeño jardín acá, un hundimiento en lo que hubiera sido una constante pared. Una galería escondida por nada más que la velocidad con la que se debe pasar por ahí contiene un centro de arte donde cuelga una composición que podría llamarse la historia de las mariposas, o un nombre mucho mejor.

Una librería polvorienta, que se promete visitar cuando sea un mes de comprar libros. Pasa por el lugar de reunión de los asesinos elegantes y se promete también una sopa de cebolla. Quizas una para el y una para otra persona.

Ha dejado la musica personal por un tiempo ya, y hoy paga bien.

-ella y la guagua están acá. Y sabes donde se van después?
-donde?
-a damasco, weón!
-eso queda como en mexico, no?
-Queda en Siria!
-Y que van a hacer a Siria?

Mira los libros y un hombre con herramentas de jardinero y una cara muy familiar le pide dinero, porque se ha quedado botado. Le responde que no tiene dinero, y luego no entiende por que no le dio algo.

Camina por Lastarria y dobla en todas las esquinas, mirando un maniquí de hombre tomando sol en una ventana y un edificio de casas acróbatas. Entra por primera vez al pasaje que marca el principio de la destrucción del barrio y ve con tristeza que la casa que se conserva del importante arquitecto se convierte en un pub. Y quizas lo más triste es que es muy probable que el vaya a ese pub.

Cruza al otro lado y ve la escenografía de un campo de concentración, y encuentra una okupa, que era muy facil de ver. Pero un velocidad diferente era necesaria.

El pequeño dios entra al metro y desaparece hasta volver a nacer el dia siguiente.

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