sábado, 12 de junio de 2010

Café y Grandeur

Una vez en el carruaje de Suri, Yeerum levantó la cabeza y le dijo emocionado "¡Quince mil pesos de adelanto! ¡Muchas gracias!".

"Es lo justo solamente"

"Le invito a un café con grandeur en el Turri" dijo Yeerum impulsivamente. Sabía que invitar a un patrón a comer afuera era algo nunca visto, pero Yeerum ya había renunciado.

"Guarde su sal para cuando la necesite." y sin poder reprimir una risita preguntó "¿Y por que al café Turri?"

"Es que desde que lo ví hace varios años atrás, dije que iba a ir. La vista de los barcos yendo y viniendo debe ser tanto mejor en un lugar pitúco, comiendo algo rico y diferente."

"Entiendo. Y el café turri da esta impresión; es muy lindo y la vista si es muy buena. Pero si quiere un buen café y probar comida increible, aunque es caro, le recomiendo el Filou de Montpellier. Comida de Francia. Pero no se lo gaste todo en locuras."

"Claro que no. Será esto, unas botas nuevas, un machete, una pistola de bengalas y nada más. Quizas un rollo de pergamino para Bachuako, para que pase sus ultimos dias como se merece."

"¿Y se vuelve a Pichuncaví para siempre ahora?"

"Puchuncaví. Si. Ya cumplí mi sueño, y ahora vuelvo a lo que siempre fue mi destino.El campo, los fragiles caballos. Quizas mis papás todavía tienen un par de vacas. Podría invertir en eso. Quien sabe."

"Pero usted es un hombre joven, no puede ser que ya no le queden sueños. ¿Que edad tiene? Menos de cuarenta, eso es seguro."

"Treinta y cinco, si. Claro que hay más sueños, pero no son tan importantes, y ya son más dificiles. No importan. Estoy bien. Quizas encuentre a una mujer buena y me case. Si tengo un solo hijo, podría hacerlo llegar muy alto."

Suri se quedó pensativo un rato, mientras el carruaje se movía lento por las calles llenas de vendedores, olores de carnes asandose en cocinas ligeras de carbón y de gas. Gente vendiendo imitaciones de marfil. Prostitutas de todas partes del mundo. El puerto ya no tenía noche, ni horarios de descanso fijos.

En una generación más, dos a más tardar, los hombres y mujeres de todas las ciudades despertarían dormirían y comerían a cualquier hora, los trabajos y las tiendas más irrelevantes funcionando sin fin. El doble de gente de lo que la ciudad podría soportar, todos compartiendo sus casas y sus camas con gente de un turno diferente. Las grandes maquinas de electricidad cada día más eficientes. Proyectores de películas anunciando lo que se vende en el lugar, en vez de estos tubos de gas colorido con sus repeticiones tan mecánicas.

Era un futuro terrible quizas, pero tambien hermoso. Y si alguien quería vivirlo, alguien tan bueno y tan trabajador como Yeerum, debería poder. Suri intuía que Yeerum quería vivir estos cambios.

Suri no podía reparar mucho la injusticia en el mundo. Creaba empleos y trataba de darles flexibilidad a sus empleados y eso era lo que podía hacer. Pero una idea surgió, y le dijo al chofer que fueran al Filou.

"Se que ya no eres mi empleado, Yeerum. Pero te quiero proponer un trato" Dijo.

Las palabras hechas rayos.

El librito estaba sobre el amplio escritorio, a mano izquierda, aunque Sublime Nuñez no lo usaba hace años. Pero tenerlo sobre el escritorio figuraba en las regulaciones de los ejecutivos de la Ivory Company, así que ahí se quedaría hasta que Nuñez se retirara o muriera.

Los dos hombres al otro lado del escritorio eran muy diferentes el uno del otro. Antes de que les presentaran el negocio, vio por sus ropas y por sus tonos de piel que no se trataba de socios, sino de un empleado que había ganado la confianza de su patrón. "Un peón y su aval" pensó contento. Era verdad; si uno se esforzaba en este país, se podía salir de la pobreza. Si este hombre tenía hijos podría enviarlos a colegios de oficios o iniciar un taller.

Reconoció la cara del burgués más tarde de lo que debería. Al tratar de ofecerles un adelanto de diez mil pesos y un precio de entrega final de veinte mil en la sede de Puchuncaví. Ellos pagaban el peletero, por supuesto. El patrón del hombre reaccionó calmadamente, pero con una nota de indignación en su voz.

"Eso es apenas un decimo de lo que costó." Dijo.

"Bueno," dijo Nuñez "No se puede esperar recuperar todo lo que uno invierte al venderlo por partes. Parte del valor es el que uno puede obtener del trabajo. Además," añadió con una sensación de triunfo final "no son todas las partes las que me venden. Solo el cuerno y la piel dura, que"

Pero no alcanzó a terminar la frase, porque el burgués dijo
"La piel dura, que en esas dimensiones alcanza un precio de calle de cincuenta mil. No hay diferencia entre esta piel y la de los Indios, y todos sabemos lo escasos que se han vuelto éstos durante los últimos años."

"Pero el precio de calle, usted sabe-" trató de decir Nuñez.

"Aunque nunca tan escasos como los Sundos." Siguió el burgués, que ya se dibujaba tan familiar que era desesperante no poder reconocer su nombre. "Podríamos conseguir quizas hasta sesenta mil solo con la piel. ¡Y un cuerno rarísimo, de once pulgadas! Y sin ninguna marca, porque al igual que el cuerno de los indios, nunca fue usado para golpear." Y después de una pausa y arqueando una ceja, Anibal Suri, el jefe de transportes Shah "No sea Pusilanime Nuñez."

Nuñez se aceptó vencido. Y aunque odiaba ese sobrenombre, no podía dejar de comportarse estoicamente en su oficina. Les dijo que verían al animal al dia siguiente y que podía alcanzar un precio hasta de 80 mil pesos si todo estaba perfecto. Les pasó quince mil pesos luego de una firma de Suri.

Nuñez se hacía viejo. Se volvía cada vez más suave e impresionable. En otro momento los hubiera echado a patadas seguidos por los guardias, sabiendo que volverían y que si no volvían, pues no valía la pena. Pero ahora, pensando en su pensión, en que cada peso contaba si no quería terminar en una fosa común, aceptaba cualquier comisión. Probablemente terminarían pagando setenta y cinco mil con una ganancia de quince mil para la Ivory en el peor de los casos.


Los hombres se levantaron, el peón sin levantar la cabeza desde que Nuñez hizo la primera oferta. Uno de los tres soldados de la Ivory Company que guardaban la oficina de inversiones los siguió por el largo pasillo ciego.

Jugueteaba con el seguro de su Jungle Carabine y hacía un ruido entre los dientes. Su uniforme de piel reforzada picaba. Pero la sensación de poder de ser un paquidermo (y uno con un arma de fuego) hacía de la picazón algo irrelevante. Era cierto que no eran muy populares. Que los sindicatos odiabana la compañía. Que les decían "trompitas" a sus espaldas. Los beneficios de la compañía eran muchos. "Y quien quiere ser popular. Quien no me respeta me teme." pensaba. Y quizas por eso era que jugaba con el seguro. Para que los hombres de adelante no lo ignoraran.

jueves, 10 de junio de 2010

Bachuako

"No soy especialista, y dudo que haya un especialista en el puerto" le habían dicho.
Mirandolo por debajo y tocandole la guatita decían que quizas era estrés. Quizas era la comida. "Si me lo deja unos tres dias, puede que lo descubra".

Antes cuando los del tipo de Bachuako llegaban más al puerto, las cosas eran más faciles. Comida facil, veterinarios especialistas, un arreglo para que la montaran y le pagaban por los potrillos. Así podían pasar varios meses sin que hubiera que cargar mucho el carro o trabajar hasta tarde, y podían ir al campo. Hasta fueron a la selva, una vez, donde Bachuako se veía contenta aunque comió unas frutas que le hicieron mal. Se cayó de lado y hubo que pincharla.

Y claro, los Sundos siempre fueron más nerviosos, pero nunca se supo de estrés. Aunque las calles nunca estuvieron tan llenas tampoco, ni había luces electricas toda la noche. Ni los gatos eran tan valientes.

Podía que esas dos cosas estuvieran relacionadas, pensó. No solo en que odiaba las luces eléctricas con sus anuncios de pergaminos y de bengalas, de siluetas de mujer o tenedores hechas de tubo brillante colgando afuera de las tiendas del centro y odiaba a los gatos. ¡Gatos! Cuando era niño vio gatos de verdad. Alguien pensó que serían buenos, que también los podrían amaestrar, pero no todo lo que se le pone una montura permite que lo monten. No todo lo que tiene una correa la tiene por mucho tiempo. Y cada vez eran peor. Cuando la electricidad estaba restringida y los enormes hornos no humeaban dia y noche, una bengala era suficiente para hacerlos correr. Ahora había escuchado incluso de algunos que saltaban por sobre charcos de llamas de bombas botella.

Las llamas. Eso fue lo que hizo ecasear a los Sundos le decían. Nunca fueron muy buenos para tener crias, no en la ciudad. Bachuako tuvo solo en dos ocasiones, un par murieron y luego dejaron de llegar de afuera. Pero demoró en saberse que habían muerto tantos afuera. Una guerra de fuego griego, decían.

En la Republica Federativa dicen que quedan, el tren es más caro de lo que vale la pena. Bachuako está vieja. Quizas podría pedir un adelanto por el cuerno y la mejor parte del cuero y retirarla porque, aunque el cuerno fuera pequeño, el cuero de los Sundos era tan bueno como el de los gigantes. Nunca pensó en matarla trabajando como otros cargadores. Se merecía un descanso antes de morir.

Era una pena que todos los ahorros que invirtió en comprarla le duraran dies años menos que los otros. De todos modos no hubiera podido pagar más. Y en realidad, había sido un bajo precio por un sueño.

Cuando pequeño en Puchuncaví trabajaba con su familia sembrando y cosechando, una vida de mediero respetado. Y cuando fueron a Quintero, al velorio de la tia Ramona vio al animal. Un miedo y felicidad inmensos lo llenaron al ver a un animal como hecho de roca, un animal que hacía ver a un toro com algo fragil y desnudo, como una idea sin terminar.

Ahora caminaban uno al lado del otro, como hacían cuando no había carga que llevar ni había prisa por llegar. Bachuako se detenía un momento a oler el pasto, pero cambiaba de idea y elegía las hojas de un arbol un poco más adelante. "La voy a llevar a conocer el campo" pensó. "Nos tomará unos tres dias a paso medio." Esperaba que sus papás estuvieran bien. Hace más de un año que no los veía. A veces le hubiera gustado aprender a escribir, solo para poder mandarles mensajes; mensajes que harían que alguien en dia de feria se los leyera.

domingo, 6 de junio de 2010

Espero

Y espero que sea un gesto final, si no de todo, al menos de algo, al menos de lo importante.
Entrego y espero.
Me encierro un poquito más, me comprometo un poco más con cosas que no tienen que ver tanto con otros como conmigo, y creo que es un paso hacia adelante, hacia donde quiero llegar.
Me independizo de a gotas. Vivo afuera, lavo afuera y cuando resulta me baño y duermo afuera. A veces he pensado en arrendar una bodega y vivir ahí, pero el frio y la humedad no lo valen. Ni lo valen los hongos y la semiconvivencia de una pieza. Por ahora ahorro. Veremos que pasa después.
He tenido muchas ganas de saltar atravesando la ventana del piso 12 donde trabajo, solo por lo espectacular y sorpresivo que sería. Me imagin el sonido de talla empapada cayendo que podría hacer mi espalda al chocar contra ese techito y la superficie plastica quebrandose. No es que quiera morir. Es solo que pienso en saltar de edificios cada vez que estoy en uno.
Tengo planes de mejoramiento que llevan a algunos a decir que soy todo un griego. Yo pienso que un renacentista es mejor. Las orgías con más mujeres por un lado. Pero es verdad que hacían menos ejercicio y mi corpore sano es algo que quiero.
Hay muchos dias en que me siento un dios. El dios de escuchar. El dios de las pequeñas sorpresas irrelevantes. El dios de la suerte de principiante. Hay otros en los que me siento como una persona corriente y veo a los demás en el metro y me maravillo de que todos estén pensando y que todos tengan sus propios problemas que piensan que son los más importantes y todos tengan pequeños momentos de diversión y placer. Veo el potencial de tanta gente y tantas voluntades que si simplemente siguieran a un lider pequeño, un lider comunal, o vecinal, podrían lograr tantas cosas grandiosas. Pero al vivir el presente uno se acostumbra a trabajar con lo que tiene, asi que bailo en el metro porque me gusta bailar, pro tambien para que me miren y se rian o para que le cuenten a alguien o simplemente el viaje sea un poco diferente.
El mati decía el otro dia que las proyecciones de longevidad para la gente de nuestra edad son infinitas. Que ya descubrieron por que nos hacíamos viejos y que de aquí a un tiempo vivible podrías "operarte" y vivir hasta que la tecnología te haga vivir para siempre. Y hay tanto que ver, y tengo tanto que aprender.
Han sido dias perfectos. No porque no hayan pasado cosas malas, en realidad, sino que esas cosas se añaden a la perfección. La infinidad menos veintisiete sigue siendo infinita (aunque presumiblemente un poquito más chica). Y es como cuando quieres hacer crecer tu masa muscular (no es que yo quiera, jamás me malentiendas en esto), en que tienes que romper algunas fibrillas para que más aparezcan. Los musculos son la hidra. La perfección de los días tiene una miriada de cabezas.

viernes, 4 de junio de 2010

Futureheads

Supongo que hemos llegado a todas las épocas. Uno de los aspéctos que hacen que no hablemos de esto, es que nunca nos dieron mucha información. Siempre hubo rumores del procedimiento. Lo poco que llegamos a saber todos era que los únicos candidatos posibles para rebobinar era quienes se destacaban. El proceso es simple de explicar, pero la ciencia que hay detrás no la conozco, así como tu no conoces todo lo necesario para controlar un avión o como programar un satélite.

Supongo a veces que se quienes son como yo. Algunos guerreros, aunque claro claro, no todos los grandes. Colón sin duda. O, pensandolo bien, quizas uno de sus mentores. En la linea de tiempo de la que yo vengo, el encuentro Europa América ocurrió mucho después; la hambruna mató a mucha más gente, la influencia de Arabia fue mucho mayor. La matemática de los mayas y la arquitectura de los grandes imperios, evolucionando influenciada solo por los otros Americanos.

Claro que no se llama america. Pero estoy contando una historia, no escribiendo un diccionario de diferentes lineas de tiempo. Escribiré en su idioma, a menos que sea imposible.

El sistema, como decía, es simple. Vivimos normalmente, hasta que llamamos la atención de quienes sean que deciden quien es digno. Acumular conocimientos, tomar buenas decisiones, entender como funcionan las cosas en diferentes aspectos, supongo que es lo que llama la atención. Nuestra conciencia es, de alguna forma, comprehendida por la maquina y somos enviados a un ser en desarrollo en otra época.

miércoles, 2 de junio de 2010

Erase and rewind

Borro mi cuenta de facebook. Y aunque sabemos que va a ser algo temporal, de todas formas siento una ligera emoción mientras lo hago, como si de esto dependieran un par de cosas. Y quizas si.

Vuelvo a ver a Felipe y me cuenta cosas. Como vovió a hablar con su papá, aunque el trabajo no está terminado apra nada. Vovlemos a recordar esa fiesta que partió tan rara y siguió mucho más rara, moviendonos casi curados en micro, tomando vino con las gringas cantando "volver a los 17", yendo al pub/disco (mi hermana me insiste que no use un nombre generico para referirme a estos lugares, que ahora se indican por el nombre propio solamente, que es bien ridículo decirle pub o disco, pero me aprece ridículo. Cada vez menos joven.) de ossa con principe de gales y sorpendiéndonos de lo bueno que era. For the good times and the bad times we know will come.

Trabajo hasta un poco más tarde, hoy es el cumple de la mirta y lo celebra en el berry's a las 9 y media (wink), pero antes, comprarme la melódica de una vez, y el regalo de la diana. Ir a la casa del leo y que me haga un par de ejercicios.

Aprender. Hacer. Pasar por encima de esa paja que sale tan facil y natural y mandarla a la mierda. Seguir haciendo antes de que la estática sea inevitable y nos volvamos republicanos y extrañemos la era de piñera (que pudo haberse hecho una sola palabra, pero mejor no)

Lo borro, creo, para dejar de vivir vicariamente algunas cosas. Espero que me ayuide en esta cuerda floja zen. Lo que no tiene ni un sentido. Y sin embargo