miércoles, 28 de marzo de 2012

Este post [que es sobre computadores]

va a ser un poco lento porque estoy comiendo. Muchas cosas que decir con estos dedos grasientos de tocino y huevo. Muchas cosas que no tienen que ver entre si, a menos que tengas la mente de la gente que le puso nombre a las constelaciones.

Partamos por los traumas. Mi papá me compró un computador. Yo tenía 9-11 años, viviamos en san pedro y el tan prometido computador llegó. No era multimedia, y eso era una lata, pero en ese tiempo el sonido era para otro tipo de gente.

[En ese tiempo la internet no la tenía ninguno de mis compañeros, creo, y estamos alrededor del tiempo en que personas esperaban toda una tarde para bajar un mp3 de 3 megas, no podías "navegar" por internet si alguien usaba el teléfono. En mi circulo lo mejor que había era la encarta 95 (que siempre me pareció fome) y el jazz jackrabbit. También el dark sun para DOS, pero solo lo tenía andrés y aunque tenía el juego original y el manual, ingresar la clave al pasar de las cloacas nos hacía morir automáticamente por una fuerza misteriosa.]

El computador llegó dandole luz a mi vida / apagandola poco después, cuando mi papá se lo llevó a su oficina. Si.

Ese fue el comienzo de una historia larguísima de computadores atrasados a su tiempo (uno era en blanco y negro y le corría lento el emulador de supernintendo), de apreciar juegos mucho más viejos, porque no podía jugar otros, de conformarme bien con lo que tenía mientras los otros escalaban.

Mucho después, me robaron el kindle. Por 2 cuadras. Lo recuperé. Me di cuenta quizas que la tecnología me daba mucho y tenía que hacer algo al respecto.

Como ya se habrán dado cuenta, me compré un notebook. No es en ningún caso un ultimo modelo joyita del año, no. Pero es decente. Por primera vez en la vida tengo una pieza de tecnología que no heredé de nadie. Y es la raja.

Leo menos. Cocino y ordeno menos. Como menos. Salgo menos.
Tomo más te y fumo más.

Pronto encontraré un balance, pero por ahora estoy disfrutando esta nada, este lugar extraño que no me deja ni siquiera un tema de conversación. O al menos eso parecía antes. Tengo mucha gente con quien hablar de esto.

Pero filo. Vamos a ver cuanto me absorbe, si es relevante, quizas voy a conce solo a jugar y a volverme un nerd de los computadores como hubiera sido de no ser por mis padres y ese perro.

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