jueves, 31 de mayo de 2012

Me encanta que la gente tenga dudas y problemas, y siento que no tengo nada que hablar con la gente que no los tiene o que no sabe que los tiene. Me encantan las mujeres desequilibradas o con problemas, porque siento que puedo solucionarlos, ser el salvador. Y es evidente que no puedo ayudar, excepto marginalmente. Me encantan las pololas de otros, las pololas de mis amigos, porque siento que no las tratan tan bien como deberían y que yo lo haría mejor. Pero pienso que es como cuando eres chico y piensas que lo harías mejor porque no tienes idea de lo dificil que es lamierda que estás mirando. La gente me dice a vece perdón por decirte todas estas cosas, por cargarte con la responsabilidad de escucharme, pero yo me alegro de que me incluyan de esa manera en su vida, y su dolor, a menos que sea irreversible, no me toca más que una historia. Vivimos en historias, los problemas son historias en los que vale la pena vivir y de los que vale la pena salir.

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