domingo, 23 de octubre de 2011

Dormir con la cortina abierta

es un asunto complicado cuando no te vas a despertar antes de que el sol termine de pasarte lentamente por la cara.

Me levanto y el dolor de cabeza se disipa más lentamente de lo que quisiera. hay un olor a cenicero en toda mi casa, a pesar de que las 67 colillas de cigarrilos ya fueron arrojadas a la basura 6 horas atrás y la basura arrojada al shaft. Ceniza, nachos, muchos más vasos y copas de las personas que eramos.

Esta es la primera vez o una de las pocas veces que una junta así, en mi casa no me parece un eco, sino una cosa nueva y en si misma.

Me siento contento, el fantasma de un dolor de cabeza que se va, pero no todavía, no impedirá que las cosas pasen como se habían planeado, con una pequeña invitación a almorzar como variacion.

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