Movio hacia un costado de la mesa una maquina de escribir estropeada, unas piedras, papeles, libros una plancha. La superficie de la mesa, se ladeó y cayó junto con todo lo que sostenía al suelo y decidió apoyarse en la columna de la mesa creando una v con la pared.
El hombre la miró con su cara de aburrido, sus brazos simiescos, su pene colgando como en distracción.
Se acercó a ella y sin decir nada volvió a poner la superficie de la mesa en la columna. Luego la tomó, acostandola arriba de la mesa y se acostó sobre ella, los brazos apoyados un poco para no aplastarla. Mirandola como si ella fuera una ventana que diera a una pared poco interesante.
Primero tuvo miedo porque pensó que la iba a violar. Luego de unos minutos de inmovilidad, en un movimiento del que después se arrepentiría, tocó al hombre que permanecía flaccido y que no dio señales de haberse dado cuenta de la verificacion por parte de ella.
Ella empujó y el se retiró, caminando por el pasillo. Luego se preguntaría como la mesa no se había caido otra vez, pero por ahora no podía pensar claramente.
"Voy a ordenar esto" dijo, sobre todo porque necesitaba hacer algo que alivianara la tensión imposible de ese momento, pero también porque se sentía torpe de haberlo tirado todo al suelo.
"No. No te preocupes" dijo el, girando y entrando a su pieza.
Ella pensó ir a su pieza, pero se perdió y llego a la de el, cuando el venía entrando.
"voy a ordenar las cosas que se cayeron" dijo, esta vez por decir algo.
"No" dijo el.
"entonces voy a barrer"
Dejó la basura amontonada en un rincón y fue hacia su pieza.
A travez de la puerta abierta vio al hombre con una polera blanca, jeans azules y don cuchillos del porte de antebrazos en sus manos.
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