Yeerum bajó del tren y preguntó donde estaba la oficina más cercana de la Ivory Company. Había una en la estación, y Yeerum se dirigió a ella. Pagó por 10 minutos de transmisión comenzó a hablar, mientras las palabras hechas electricidad iban moviendose en su secuencia de pulsos simples y dobles.
Ha sido un largo viaje, hasta aquí. He visto cosas interesantes hasta ahora, pero nada que pueda convertirse en el proximo sueño. Frutas deliciosas, acidas y dulces a la vez, una gran cantidad de micos que en Valparaiso no se ven, y en estado de libertad.
La gente me cuenta historias fascinantes. Y en acentos tan divertidos. Conocía el acento del perú, y de la selva, y de los gringos que hablan el castillano, pero nunca me había dado cuenta que en cada región habría un acento diferente y maneras tan diversas de llamarle a una sola cosa. Si no estuviera tan lleno de ellos en esta habitación, le diría un par de nombres que he escuchado de apodo para los paquidermos de la Ivory.
Una de as cosas que más me sorprenden de este lugar es que hay piratas en la tierra. Grandes bandas de gentes que se mueven a caballos y hasta en carruajes y hacen su propia ley. La Ivory no puede hacer mucho al respecto, porque uno no sabe quien esconderá una carabina y no los pueden detenera todos. Es por eso que, a pesar de que la Ivory no está oficialmente de acuerdo con la idea, un sistema de milicias locales gana cada vez más fuerza. Hay rumores de sabotaje desde el istmo, siendo este el lugar más al norte donde funciona la ivory en las Conquistas.
En estos lugares es también más común ver locomoviles. Aunque los rinos se dan bien en el clima, es bien visto tener un medio de transporte que no pueda ser abatido de ninguna forma.
Los 10 minutos se acabaron, y Jeerum salió de la oficina sin poder contarle de los otros medios de transporte que podrían interesarle. La proxima carta le diría sobre los rumores de los filósofos de Arabia creando un motor de fuego griego.
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