Pero hace como 2 meses que no puedo levantarme temprano, que la voluntad de mis mañanas solo aparece a las 8 cuando queda apenas suficiente tiempo para bañarme rápido (o no bañarse si me bañé ayer en la tarde, y dormir hasta las 8:15) y agarrar una fruta (si hay) de la mesa y comermela en el corto camino.
Siento que hago más, pero que mis mañanas y en general mis horas en la casa se han ido desapareciendo como margenes privados un poco violados por la escritura frenetica de las ganas de hacer. Porque claro, hacer es la magia y hacer es lo unico. Pero creo que tambien me he perdido en el camino y debo reparar algunas cosas.
El otro día reparé (no totalmente, es muy largo) la chaqueta burdeo que tanto le gustó a la jesu en un momento. Y creo que es lo primero y unico que he reparado hace mucho tiempo. Y hay un montón de cosas que traigo que tienen menos botones de los que deberían. Hay un par de relaciones que necesitan de conversaciones para moverse o morir. Y habrá tiempo sin duda, y si no hay tiempo, evidentemente no importa solucionar las cosas. Pero dentro de hacer, me parece que el rehacer y reparar se ha quedado en un ultimo lugar triste.
¿Cambiará esta situación? ¿Usaré los espacios entre el trabajo y la salsa para reparar mi ropa como magia de asociación para reparar otros aspectos de mi vida? ¿Quizas para partir con lo que depende solo de mi? Espero que si.
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