Y la avalancha del lunes fue una de trabajo.
Es cierto que los que bailaron la danza no deben quejarse de la lluvia, por lo que no me quejaré. Trabajé ayer todo el dia, todo el dia, e incluse le regalé a los dioses del acero media hora de mi almuerzo. Y logré hacer las cosas rápido, excepto la ultima transcripción para la que me dieron muy poco tiempo y mi computador se pegaba. Igual era redundante, como casi todo en esta oficina.
El momento de la reunión para corregir, fue como una reunión de agentes de la burocracia salidos de la película Brasil.
Viene gente. Sigo escribiendo en unos minutos.
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