Estoy en una isla abandonada.
La primera vez que leí ese encabezado en el mensaje dentro de la botella encontrada en las orillas de esta isla abandonada que habito, pensé en la ironía de haber sido yo quien lo hiciera.
Cual fue mi sorpresa al seguir leyendo. Se trataba de un relato de otro naufrago como yo. Quizas de esta misma isla pensé, pero con los días, llegaban más, escritas en carbón, casi todas, en diferentes tipos de letras. Un autentico diario de naúfragos.
Mi primer impulso fue juntar las botellas para releerlas, pero semanas después mensajes pedían que se reanudara la escritura. Al quedarme con las botellas había detenido el flujo, perjudicando a los demás.
A veces hablabamos de nuestras vidas antes del naufragio, de nuestras experiencias en nuestras islas y del momento del naufragio que es para nosotros un evento de magnitud mitica. Quizas no todos escribimos bien, pero leer lo que otro piensa y hace es refrescante en un lugar de soledad tan literal como una isla.
Hace un tiempo las botellas dejaron de aparecer en la playa. Quizas las corrientes han cambiado, quizas todos los demás han sido rescatados en una expedición, y sin haber calculado el numero correcto de naufragos o estando mi isla muy alejada, he empezado a vivir, años después de lo que debería, la verdadera soledad.
Pero tengo la secreta esperanza de que estas corrientes tengan un sentido de la justicia, y que tu que encontraste esta botella, estés coleccionando los mensajes como yo una vez lo hice.
Hola oye. Feliz año nuevo, aunque debería ponerlo en la última entrada.
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