miércoles, 27 de enero de 2010

Esa proximidad de la muerte.

Empezó quizas cuando atravecé ese vidrio.
Tenía 7 años y debo haber caido de rodillas antes de poner los codos, pero mi conciencia pesañeó y el momento de ver mi reflejo en el vidrio antes invisible fue inmediatamente seguido por estar en posición de caballito con un liquido rojo y espeso cayendo de mi cara. Es ketchup, me decía. No me duele así que tiene que ser ketchup. Pero me lo decía muy ansiosamente, así que cuando caía con un ritmo continuo, me di cuenta. Luego del viaje en auto y el evento que me hace sentir un poco enojado cuando la gente habla mal de los carabineros llegué al hospital. La leyenda dice que cuando el doctor me dijo " estás bien" yo dije que sabía que me podía morir.
Cuenta de 100 hasta uno, me dijeron. Esto no está funcionando, pensé en el noventa.

Después de eso, quizas, cada caida del caballo, cada bulto oscuro en la noche detras de un arbusto alto, cada ascensor que sube más allá del dos.

Voy en un bus a concepción, y se que esta vez moriré.
Voy en un avión a estados unidos y despierto gritando porque caigo.

Me relajo un momento y cuando la voluntad vuelve voy al gimnasio. Me encanta correr, porque duro como media hora a pesar de lo pajero que he sido todo este tiempo. Cada latido hace como que es un infarto.

Llego a mi casa y me acuesto. La cama se inclina. El edificio se esta cayendo, partido por la mitad, y la inutilidad de agarrarme de alguna parte en el piso 16 me golpéa antes que el miedo. Al menos será emocionante.

¿Es tan terrible? En general no es muy importante. A veces quiero morir en un accidente. No es como que espere que algo pase. No es que planée hacer algo. No me mataría en ningún momento, pero morir no se escucha para nada mal. No se escucha para nada, más bien. Que importa si duele por poco rato. No es como si la gente que quiero me fuera a seguir importando. No hay nada donde "me".

Al ver esa mancha de sangre y algo que parecía mancha gelatinosita al lado del edificio que paso cada mañana y cada tarde sentí algo raro.

No se que.

2 comentarios:

  1. Una vez te mencioné esto en una conversación. Una canción de Malcolm Middleton dice:

    Very unusual things
    have a habit of happening
    no one's safe from statistics and sure things

    Very amazing things
    have a habit of bypassing
    you can make things happen if you jinx them


    Claro que esa vez no me acordaba realmente de la letra, sólo de la noción.

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  2. Te acordabas de ella, pero no la cantaste de corrido.
    Arab strap, la primera vez que me hablaste de eso, y si, así es como funciona la magia de caos.

    Estabamos en un diamante entre marcoleta y esa otra calle quizas santa isabel y luego pasamos por detrás del hospital de la católica una cosa miserable.

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