Mas no era así.
Era solo que el blog me tiró un error borrando las razones de mi aburrimiento que no tenía tantas ganas de compartir tampoco, porque no eran tan razones y porque me molesta ser un adolescente en general.
No era una despedida, no era tan grave, no era mucho más que sueño, aunque si un poquito más.
Hoy cambiaré un monito de encargo de plasticina por un monitor de computador (no realmente, pero es más chistoso imaginarselo así) y finalmente apacigué todo el trabajo practico que debía hacer. No todo en realidad, pero todo lo que es totalmente mio. El trabajo administrativo puede esperar y el de reemplazo puede esperar hasta que me digan como hacerlo. Ya pedí que me lo dijeran, nunca tan fresco.
Le escribiré una cartita a Felipe, me parece, explicandole a felipe por que me voy de la casa a fin de año.
Y las razones son: quiero vivir a tiro de piedra del trabajo, quiero vivir solo (o con alguien que no necesite que las cosas estén ordenadas en una casa), quiero tener una pieza para mi que pueda desordenar sin culpa (no es que no desordene la mia), y que me den ganas de adornar, porque es mia.
Quiero volver a cocinar con ganas, y no con la sensación de que tengo que considerar los gustos de otro para que no me termine comiendo las porciones de 2 yo solo en una casa sin refrigerador, ni que si me queda muy bueno solo comeré el plato que me llevo al almuerzo a la oficina.
Quiero poder salir de la ducha sin taparme o acostarme pilucho encima de la cama sin tener que pensar que alguien va a llegar, o simplemente no hacerlo porque hay alguien.
Quiero no necesitar de organización con otro para hacer las cosas y ver si soy tan pajero como estoy siendo por mi mismo, o si es este problema de trabajar en equipo el que me impide hacer las cosas, y no querer mejorar nada de lo que hay.
Quiero sentir que la casa es mia, que no he sentido hace muchisimos años desde que vivía en...Chiguayante quizas. Quizas nunca.
Quiero no tener que dar este tipo de explicaciones porque mis decisiones no le afectarán a otro, quiero poder dejar mis tijeras en el sillón sin preocuparme de que josé tomás viene en un rato.
Quiero no sentirme como cuando mi papá iba a llegar a la casa cuando pienso que felipe va a llegar a la casa, sentir que tengo que ordenar o se va a enojar, que es un reflejo casi obsoleto, pero que resuena de todas formas con lo que se supone que es mi deber en la casa.
Y claro, quiero no tener posibilidad de una situación de violencia como la del otro dia. Quizas hay muchos atenuantes para los retos, y puedo perdonarle ahora su rabieta, no puedo pretender que me tengo que cuidar (o que me ando cuidando) de una situación similar y que la perspectiva de una secuela me corta la proverbial leche.
Quiero querer llegar a la casa. Y ahora no me dan ganas.
Quiero no irme enojado, con portazos y dificultad para llevarme las cosas de la bodega.
Y si te suena un poco egoista, o muy egoista, es porque, precisamente de eso se trata mi decisión. No quiero trabajar en equipo, al menos por un rato. Quiero ser egoista, o volver a actuar de una manera egoista o empezar o que se deje de suponer que no lo haga.
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