Ayer volví un poco derrotado después de Titus, y no por titus en general. Y no por titus, que no era tan mala ni, evidentemente, tan buena como me la imaginaba. Estaba demasiado basada en la película, aunque la estética punk era bakán un poquito. Y claro, uno extraña rápidamente una mejor acústica, una seriedad mayor de la tragedia, gente que no diga "chuta, de nuevo" detrás de uno cuando venía el elemental de la sangre (una especie de soldado con lanzallamas que no lanzaba llamas sino sangre y que aparecía cada vez que alguien iba a sangrar o morir, lo que le quitaba la sorpresa a las cosas, pero le daba más tensión, por lo inevitable), o gente hablando por celular.
Fue porque Quería hacer algo ayer en la tarde y pensaba ir donde la margarita, y hablar del desenlace de las cosas y sus impresiones actuales. Pero no me contestó, y si hubiera sabido, hubiera organizado algo chiquitito en algún pub quizas con los chicos, quizas con la Diana.
En cambio leí para el grupo de estudio, lo que no es malo, pero es mucho más fome en muchos aspectos de la realidad.
Ayer pasó algo muy extraño. Hace tiempo, y creo que nunca, que no era parte de dos gupos aislados de personas. Había dos tipos de amigos. Los que formaban parte de el grupo, y los que eran aislados. Y, según entiendo, todo el mundo tiene muchos mundos donde se comporta muy diferente y tiene amigos que no se conocen entre ellos. Mis amigos aislados eran diferentes, pues no era que respondieran a mis diferentes aspectos, al menos no inicialmente, sino que por su misantropía o lejanía o creencias, no era muy conjugable con el grupo.
Ahora mis amigos del trabajo no conocen a mis amigos de la universidad. Conocen a Felipe, si, pero el ha estado bastante tímido. Pero ayer la diana conoció al ambiguously gay trio y a la michelle.
Y fue raro.
Creo que en "la tregua" el tipo decía que le gustaba una chica y cuando conocía a la hermana mayor y veía en ella reflejados y distorsionados gestos y tonos de voz que le habían gustado hasta ese momento se veían contaminados por el descubrimiento. Y no digo que a la Diana le hayan gustado mis gestos ni nada por el estilo, pero la similitud de nuestras maneras de hablar, y las inflexiones al hacer ciertas bromas, y la manera de escalar en bromas y de seguir la broma hasta que sea demasiado fome o divertida se debe haber visto reflejada y debemos haber parecido más sacados de una escuela de raros que un producto fortuito, sea lo que sea que signifique esa palabra.
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