Y claro, fue un movimiento torpe el primer movimiento. Torpe como otros primeros movimientos. El caregallo me despierta a las 9 de la mañana, mi cara directamente bajo o frente el arco de una ventana Este sin cortinas. El carechalla no me acompañará hoy, porque tampoco tiene cortinas.
Ayer en la noche me di cuenta que un movimiento sabio quizas hubiera sido llevar platos y cubiertos. O vasos. O tazas. Y fue una suerte haber comprado esos pañuelos desechables a esa mendiga. Me pregunto si los siguen vendiendo en otras partes, y si alguien los compra en otras partes.
Compro jabón y pasta de dientes en la farmacia. Y unos quequitos. Ayer.
Hoy me levanto adolorido, quizas por el futbol quizas por lo pésimo del feng shui de la casa todavía. Pero me levanto, como un poco de queque, hago una revisión mental, que sospecho incompleta de las cosas que necesito para partir.
Y partimos.
últimamente tu felicidad se me ha colado por todas partes, si antes pensaba en ti con una sonrisa, ahora lo hago con una tibieza rica en la pancita. Te quiero mucho y me haces muy feliz.
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